Nuestro cuerpo, al igual que un coche o cualquier
otra máquina, requiere el combustible necesario para su uso
cotidiano y son varias las fuentes de alimentación que utiliza.
Seguro que las dos primeras ya las has acertado: la comida y la
bebida. Pero existe otra mucho más importante sin la cual no
podríamos subsistir más de cinco minutos: el oxigeno que inhalamos
a través del aire; su carencia, en un período superior al tiempo
indicado, ocasiona graves daños en nuestro organismo, el más severo
es la muerte cerebral.
Son pocos los que se han
parado reflexionar en alguna ocasión sobre esta necesidad y sobre su
grado de importancia en nuestro día a día, puede ser porque viene
"de serie". La respiración es un acto fisiológico
primordial para la supervivencia, pero tan automático o inconsciente
que lo dejamos en el olvido sin atender a las carencias que una mala
oxigenación de nuestro organismo puede ocasionar.
Resumiendo mucho, solo
para que nos hagamos una idea, vamos a mencionar alguno de los
beneficios y perjuicios según tu tipo de respiración.
Una respiración
inadecuada y de mala calidad, la que realizamos casi todos, trae
consigo fatiga tanto física como mental, estrés, mala circulación
sanguínea, ansiedad, hiperventilación, tensión de músculos (sobre
todo cuello y espalda), mala oxigenación de las células y órganos
de nuestro cuerpo con las consecuencias que eso conlleva,
envejecimiento...
Sin embargo, respirar
adecuadamente te aporta innumerables beneficios como eliminación de
toxinas, mejora del rendimiento tanto físico como mental, mejora de
la digestión, de la circulación sanguínea, del funcionamiento de
las glándulas, permite quemar mejor las grasas, con una mejor
oxigenación de nuestros tejidos también notaremos menos arrugas y
cutis más terso, favorece la relajación, la concentración, alivia
el estrés, elimina la tensión muscular...y así podría seguir y
seguir, con lo que de esto podemos inferir que una buena oxigenación
del organismo es la base de la fuente de la juventud y de una vida
sana y relajada.
Normalmente cuando una
persona está nerviosa o con ansiedad, algo muy común hoy en día,
no es consciente de que puede estar hiperventilando, realizando
respiraciones rápidas, cortas, e incompletas que privan al organismo
del oxígeno suficiente para realizar todas las funciones necesarias
que llevan a una subsistencia de forma satisfactoria y beneficiosa.
La única forma de evitar esto es adquirir el hábito de una
correcta respiración, la respiración diafragmática.
Aprender a respirar es
fácil, gratis, y el beneficio supera con creces el coste de tiempo
invertido en asimilar la costumbre. Solo son tres fáciles pasos.
Para comenzar a respirar
correctamente lo más sencillo es tumbarse y boca arriba (con un poco
de práctica lo podrás realizar en cualquier postura y
circunstancia) colocar una mano sobre el pecho y la otra sobre la
barriga.
1. Inspira llenando de aire solamente la parte baja de tu abdomen (en realidad
estas llenando la zona del diafragma, no el abdomen, pero el efecto
que notarás es ese) si lo haces correctamente percibirás que
solamente se eleva la mano que esta sobre tu barriga. Si tienes
dificultades en hacer esto puedes imaginar que simulas tener una
barriga cervecera o de embarazada...;). Para que este movimiento sea
correcto la la zona del pecho no debe elevarse, tu mano del pecho no
debe haberse movido.
2. Una vez lleno de aire
el diafragma continuamos con la parte del pecho, como esta es la
parte que solemos llenar de forma inconsciente te resultara muy
fácil. Notarás que se eleva la mano que tienes sobre él.
3. Por último hay que
llenar la parte de arriba, esto lo puedes conseguir imaginando que
introduces aire en la parte situada por encima de tu pecho, entre los
hombros o entre tus clavículas.
Después contén la
respiración tres segundos y expira despacio, en el mismo orden
de la inspiración. Realiza el ejercicio durante cinco o mejor diez
minutos todos los días (o al menos los máximos posibles) y pronto
notarás los beneficios.
Con este ejercicio no
solo aprenderás a alimentar/oxigenar correctamente tu cuerpo,
mejorando así tu salud y bajando tus niveles de ansiedad, sino que
te adelanto que algunos métodos de relajación y meditación se
fundamentan en la respiración, por no decir todos, y realizando
alguna de estas prácticas podrás observar como mejora tu calidad de
vida, sobre este tema hablaremos más adelante. Es curioso que
echemos en el olvido todo lo que nos beneficia y resaltemos y
enfoquemos nuestras vidas sobre lo pernicioso, el ser humano se mueve
con ese patrón de conducta completamente autodestructivo y
antinatural, pero por supuesto modificable, así que también tocaremos en otro
post la eliminación de malos hábitos. Pero los largos caminos
comienzan con el primer paso...así que recuerda que:
Pase lo que pase, estés en las
circunstancias que estés no te olvides
nunca de respirar, recuerda, siempre respira.